Una nueva plantación de árboles frutales es un tipo de inversión en la que es muy difícil corregir una mala decisión tomada durante las etapas iniciales del proyecto. Una cuestión clave en este proceso es la elección de la especie y la variedad que vamos a plantar.

Para la elección de la variedad deberemos tener en cuenta dos aspectos principales. Uno son las horas-frío y el otro la fecha de floración.

Los árboles frutales necesitan pasar un periodo de reposo invernal en el que acumulan horas-frío. Pero la necesidad de frío en invierno varía mucho entre variedades frutales. Si no se acumulan esa cantidad de horas-frío las floraciones pueden ser erráticas y escasas, lo que puede desembocar en bajos rendimientos productivos y que la cosecha se vuelva más costosa.

Por otro lado, tenemos la floración, ese momento crucial y complejo en el que las abejas tienen que polinizar las flores. Conocer la fecha aproximada en la que esa fase tiene lugar es imprescindible. La flor es un órgano delicado que puede verse dañado con facilidad por las bajas temperaturas. Por tanto, hemos de elegir una variedad cuya floración cuadre con las fechas en las que habitualmente no suela haber heladas en la zona en la que queremos poner nuestra plantación.